El cruce de una importante conducción de agua potable de 700 mm de diámetro sobre el río Júcar en Cuenca exigió la construcción de dos estructuras que sirvieran de soporte a la tubería y, a la vez, de pasarelas peatonales. En el centro de la sección transversal de las pasarelas de Las Grajas y El Peral se sitúa la estructura resistente, resuelta por medio de una celosía tipo Vierendeel de la que cuelga la tubería. Esta viga sobresale por encima del tablero, de forma que en ambos lados se establecen unas zonas de paso de 1,5 m de ancho libre. Los cordones de la celosía se empotran en unos cajones metálicos que ocupan los últimos 5 m de la pasarela. Coincidiendo con los montantes verticales existen unas costillas transversales metálicas, con sección en T y canto variable, sobre las que apoyan unas correas longitudinales y una tarima de madera antideslizante. El tablero se unió rígidamente a los estribos, cuya cimentación se realizó mediante micropilotes. En las zonas de transición entre el camino de acceso y la tarima de las pasarelas se dispusieron unas rejillas metálicas que permiten el depósito de la tierra transportada por los peatones o la lluvia.