La construcción de nuevas vías de servicio y de ramales pertenecientes al enlace entre las autovías A-3 y M-50 obligaron a la demolición de una pasarela existente sobre la A-3 y su sustitución por una nueva estructura, formada por siete vanos laterales de 22 y 27 m de luz más un vano central de 38 m que salva las dos calzadas centrales de la autovía. Por condicionantes geométricos, la pasarela cuenta con una importante curvatura en planta y alzado.

Para mantener el tráfico en la autovía fue necesario proyectar un tablero mixto, formado por un cajón metálico de canto variable sin voladizos y un forjado hormigonado sobre chapa grecada, que se montó por tramos con ayuda de torres provisionales aprovechando desvíos de tráfico nocturnos. Por esta misma razón, se dispusieron pilas metálicas con sección cajón, cuyas chapas se prolongan en el interior del tablero, empotrando así el dintel a las pilas. Los accesos están formados por tres rampas, que cuentan con una pendiente máxima del 8%, cuya sección transversal es una continuación del tablero.