El cruce de la avenida del Cardenal Herrera Oria sobre la carretera de Colmenar transcurría por una estructura abovedada de dos células. La necesidad de ampliación de la calzada inferior obligó a la demolición de la estructura existente y a la construcción de un nuevo puente, manteniendo en todo momento el tráfico de las vías afectadas.

La solución adoptada consistió en la construcción, previa a la demolición de la estructura existente, de una losa pretensada aligerada de dos vanos de 25 y 34 m de luz. Cada estribo se resolvió con una pantalla de pilotes empotrada al tablero, mientras que las pilas están formadas por pilotes aislados rematados por apoyos de neopreno. En el vano de mayor luz, el tablero se ensancha con una fuerte curvatura debido a la existencia de un ramal. Para limitar los movimientos horizontales en la zona del estribo, donde los empujes están desequilibrados, se dispuso una singular viga curva pretensada unida al tablero por medio de costillas, conformando unos atractivos aligeramientos.

El pretensado exigió un cuidadoso análisis debido a la descompensación de luces, la gran ampliación de la calzada hacia el lado de mayor luz, el empotramiento del tablero en los estribos y la necesidad de limitar las deformaciones horizontales para no dañar la bóveda del ferrocarril existente junto al estribo derecho.