La estructura del nuevo Recinto Ferial de La Coruña está formada por cuatro plantas, un sótano y unas cubiertas definidas en distintas alturas, en función de los diferentes volúmenes creados por la arquitectura. La complejidad y diversidad de formas y volúmenes propicia el empleo de distintas soluciones estructurales para cada uno de los elementos.

En el aparcamiento y plantas inferiores se emplean losas macizas de hormigón armado al resultar moderadas sus luces, mientras que en los niveles superiores, donde son necesarias luces de 20 m, se opta por una solución mixta con vigas doble T y uniones atornilladas. En este mismo nivel existen también grandes voladizos que se resuelven mediante losas postensadas. Las cubiertas se caracterizan por el empleo de celosías metálicas tubulares, tanto de sección rectangular en la zona de prismas como circulares en los accesos y en la cubierta del patio central. Esta última cuenta con tres celosías tridimensionales atirantadas en forma de ola, con una luz máxima de 90 m, que se salva con un atirantamiento apoyado en pilonos que atraviesan el edificio. Destaca además la pasarela interior de 40 m de luz, resuelta mediante celosías metálicas para cuyas diagonales se emplean barras tesadas de alta resistencia y que sirve de apoyo a la cubierta central y una estructura de hormigón de forma prismática que secciona el volumen general con un ángulo de 69º. Destaca la funcionalidad estructural de sus muros, que actúan conjuntamente con los forjados como elementos de gran canto.